Construir una app de delivery tipo Uber puede sonar como un reto titánico… y lo es. Pero startups como Soy Juan, nacida en el sur de Tamaulipas, demuestran que sí se puede cuando se combina visión, tecnología y conocimiento del contexto local.
Conocer el territorio: no todo es copiar y pegar
Una de las principales claves del éxito de Soy Juan ha sido entender que los mercados emergentes tienen reglas propias. Lo que funciona en San Francisco no necesariamente aplica en ciudades como Tampico o Altamira. Desde la forma en que los usuarios interactúan con la tecnología, hasta los métodos de pago o el nivel de conectividad, todo influye.
Tecnología hecha para escalar, no solo para lanzar
Aunque muchos MVPs (productos mínimos viables) empiezan de forma básica, Soy Juan construyó su app pensando en crecer: con una arquitectura escalable, un backend capaz de procesar múltiples pedidos simultáneos y un sistema de geolocalización eficiente que optimiza las rutas de entrega. Esto no solo mejora la experiencia del usuario, también reduce costos operativos y permite tomar decisiones basadas en datos.
Crear comunidad antes que crecer exponencialmente
A diferencia de otros modelos que crecen rápido sin preocuparse por su base, Soy Juan apostó por construir relaciones sólidas con usuarios, comercios y repartidores. La tecnología ha sido un medio, pero lo humano ha sido la clave para que cada interacción genere confianza.
¿Qué podemos aprender de esto?
A diferencia de otros modelos que crecen rápido sin preocuparse por su base, Soy Juan apostó por construir relaciones sólidas con usuarios, comercios y repartidores. La tecnología ha sido un medio, pero lo humano ha sido la clave para que cada interacción genere confianza.